BAYONAS, EL PUEBLO QUE DESAPARECIO

17.12.2015 13:33

EL DESAPARECIDO PUEBLO DE BAYONAS

POR: ANDRÉS QUERO MORENO

 

De los lugares más antiguos que la jurisdicción de Segura de la Sierra municipalizó, sin lugar a dudas, se encontraba BAYONAS. Este lugar estaba enclavado entre Génave, Villarrodrigo y Onsares, muy próximo a la peña del Cambrón, que, como vigia permanente, fue testigo de su larga y lenta agonía.

UN MUNICIPIO PRIVILEGIADO

Bayonas era un municipio distante media legua de la Vicaría de Villarrodrigo y fue provincia de Castilla y del reino de Toledo. Conoció su máximo esplendor a finales del S. XVIII, siendo Vicario el licenciado Leoncio de Quesada, y párroco del lugar don Francisco de vergara, alcalde ordinario don Alonso Pérez y Regidores don Alonso Martínez y don Juan de Bezares.

    En sus comienzos, para que el lugar se poblara y aumentara su riqueza, los maestres de la Orden de Santiago le concedieron privilegios de corta de pinos, que fueron otorgados en Segura de la Sierra el día 2 de Diciembre de 1.386, confirmándolos después varios monarcas más en el pueblo de Albadalejo en 1.341. Una vez poblado, los mismos benefactores que le concedieron privilegios lo oprimieron fuertemente, sometiéndolo a una terrible contribución y a una prohibidad indigna y desmerecedora: les requisaban sus caballerías y bueyes de labranza, les prohibían cultivar la tierra, criar animales domésticos y no podían caminar ni pisar las veredas que conducían a otros nucleos urbanos.

LUCHA

Ejemplar y meritoria fue la lucha de aquellos nativos por no abandonar su tierra. Reunidos en consejo, nombraron una comisión gestora formada por los vecinos Miguel Gil, Martín Sandoval y Juan García, y "rabiando d enojo" subieron a la capitalidad de Segura y allí les recibió el Ayuntamiento a "campana repicada" en la iglesia de Sta. María, en dónde manifestaron al pleno "los tuertos y premias que les hacían los caballeros de la Orden", martirizándolos de tal suerte que no podían sufrir ni aguantar más en el lugar. De estas declaraciones tomó nota el escribano de Segura, Rui Fernández, y fueron oidos por los alcaldes Juan Fernández y Pedro Rodríguez. Por otra parte, el alcalde de la fortaleza de Segura. don Juan Marroquí de Laiseca, influyó para que fray Domingo, del convento de Alcaraz, pidiera al cielo piedad y clemencia para salvar a Bayonas de tan magno infortunio.

CONFIANZA EN LA SOLUCIÓN

 Con estas súplica a la Administración Pública los bayoneses esperaban confiados la solución de sus desgracias y hacían votos a san Agustín el día 12 de diciembre de 1.603, prometiendo el pueblo entero al bienaventurado guardar su día de fiesta y rezar con mucha devoción y fe. Solo consiguieron que les dieran unas dehesas para sus bueyes y bestias de labranza  y que pusieran mojones a su término para que el lugar no se despoblara.

DESAPARICIÓN DEFINITIVA

Todo fue inútil; el pueblo de Bayonas fue castigado duramente y desapareció hacia el año 1.760, erradicándose sus piedras tan profundamente que hoy no conocemos con exactitud el lugar de su emplazamiento.

 Con estos antecedentes, los nativos de Sierra de Segura estamos obligados a analizar, sin escándalo de nadie, las ventajas e inconvenientes, la muralla inexpugnable que ejerce la autoridad absoluta de cada époce en la que vivimos y procurar entre todos que la Administración sea consciente para que ningún pueblo de esta maravillosa serranía corra la fatal suerte de Bayonas