Desglosando un viejo refrán serrano: "A SEGURA LLEVAN PRESO"

09.03.2018 20:41

 Entre los históricos o anecdóticos dichos o refranes que tanto abundan por doquier, uno de los más conocidos y más desconocidos--y ya explicaré esta afirmación paradógica-- es el que titula: " A SEGURA LLEVAN PRESO".

Conocidísimo, porque habrá pocas personas que no lo hayan usado, bien como medida de precaución, o bien para advertir a otro el peligro que corre de cometer "yerro" o de tropezar en lo más llano; pero puedo afirmar que sigue siendo deconocido este aforismo aun por personas doctas y hasta archidoctas que en vez de geográfico lo hacen personal; pues piensan que el juego de palabras a que se presta un nombre propio es más aseverativo refiriéndose a un tal Segura que a cualquier pueblo de los que así se llaman. Tal vez lo sea, pero lo cierto, es que andan equivocados.

La frase es antigua--aunque pienso que no como tal refrán--, ya que el Maestro Gonzalo Correa no lo apunta en su "Vocabulario de refranes y frases proverbiales". El otro Maestro, don Francisco Rodríguez Marín, la acoge en el primero de sus libros refranescos. "Más de 21.000 refranes, aunque escuetamente sin comentario alguno, y ello hace pensar que hasta después de mediado el Siglo XVII no daría el vulgo en el quid de la fuerza proverbial que encierra esta locución bien conocida de antes. 

Nuestra Segura de la Sierra, el discutido "Castrum Altum" de los romanos y el "Chacura" de los musulmanes, por su zahareña esquivez, era una de las plazas más importants de la Reconquista. Cabeza de la Sierra de su nombre y dominador, estratégicamente de toda ella, fue objeto de grandes luchas entre los mismos árabes. El hijo del rebelde Yusuf, el ciego Aswad, preso en Córdoba, logró evadirse de la prisión y apoderarse de esta plaza; pero derrotado en el Algarve portugués vuelve al poder real. Un siglo después, tropas del otro Yusuf, el jefe almoravide, la conquistan hasta que el rey de Murcia la anexiona a su taifa. Esta pugna intestina hace que todo nuevo poseedor refuerce su envidiable posesión de castillo roquero y que una vez tomada a principios del Siglo XIII por los cristianos y cedida la parte oriental de nuestra provincia a la Orden de Santiago, como fué la occidental a la de Calatrava quedando el territorio de las llamadas "cuatro ciudades del Santo Reino"--Andujar, Baeza, Jaén y Úbeda--para la Corona real y después para el flamante Principado de Asturias, los freires santiaguistas escribieran en todos los ámbitos de la Sierra las más brillantes páginas de su Historia. Era por entonces cuando el poeta nos dice que:

 "Los moros iban fuyendo

maldiciendo su ventura

el Maestre los siguiendo

por los puertos de Segura.

E feriendo e derribando,

e prendiendo a las manos,

e a Santiago llamando

escudo de los cristianos..."

A Segura la hicieron presidio,--y no solo en la exclusiva acepción que esta palabra tenía en aquel tiempo de plaza fuerte; sino también en el de servir de "segura" custodia a presos políticos de la época y con una categoría reconocida.. De ahí, el hecho de que cuando "un pajarraco gordo" era conducido al castillo aquél, las gentes del tránsito, llenas de pavor y de admiración ante el lujo de guardas armadas y de meticulosas precauciones, decíanse unas a otras con gran misterio y sigilo: "A Segura llevan preso". Conocida y consagrada la frase, como antes dije, el pueblo llano con fino instinto, la incorporó al copioso acervo de sus refranes y dichos sentenciosos.

                                                            Andrés Quero Moreno