EL BIMILENARIO PUENTE MOCHO

15.03.2016 20:53

EL PUENTE MOCHO, ABRAZO DEL GUADALIMARNo sé porqué extraña razón, parece que a veces, las cosas de nuestra Sierra, fueran cubiertas por una especie de manto del olvido o indiferencia, tejido con una espesa bruma que le oculta del exterior, haciendo que se ignoren sus posibilidades, borrando con la acción demoledora del tiempo incluso las huellas de su historia, sus costumbres, sus gentes y sus abundantes y significativos restos arqueologicos.

Un claro ejemplo lo tenemos en el desconocimiento , incluso a nivel provincial, sobre la existencia de un monumento arqueológico de época romana, excepcional por sus características. Nos referimos al Puente Mocho. Su importancia básica estriba,por un lado, en las inusitadas peculiaridades arquitectónicas;de otro, el constituirse en fuente esencial para reconstruir la red viaria romana de la comarca.

El Puente Mocho está situado sobre el rio Guadalimar, entre los términos de Beas de Segura y Chiclana( el rio hace de linde) y al pie de la pequeña meseta denominada Cornicabral; aquí abundan restos arqueológicos que se remontan al Paleolítico Inferior(estos hallazgos se exponen en el Museo Arqueológico de Jaén).

Para el pequeño estudio que vamos a hacer de este puente, lo vamos a considerarlo formado por tres tramos: I y II, los correspondientes a las márgenes izquierda y derecha del cauce, respectivamente; III, el tramo central. Decimos tramos, porque el trazado, y ésta es su mayor originalidad, no es rectilineo. En planta, los tramos I y II tienen lineas directrices paralelas con una separación de 8,5m. El tramo central articula los anteriores con dirección oblicua a ellos, formando angulos alternos de 150º.

La longitud total del puente es de 102m.(30m. del tramo I, 55m. del II y 17m. del III). La anchura , de 4,60m.excepto en el tramo II, que pasa a ser de 4,80m. en su entrada. . La infraestructura está cimentada directamente sobre la roca vista del cauce en el tramo II.

Otra peculiaridad del puente consiste en las diferentes soluciones constructivas de su estructura. Mientras que el tramo I está conformado mediante dos bóvedas iguales de 3m. de radio, con estribo semicilindrico entre ellas, el tramo II presenta dos bóvedas de 3,80 m. de radio, alternando con amplios paramentos de muro donde se abren pequeños vanos, en bóveda. Esta alternativa de estilos nos hace pensar en un tramo único como puente primitivo, reconstruido con posterioridad. A pesar de todo, el perfil longitudinal del puente es perfectamente horizontal, al revés de la mayoria de los puentes romanos, que lo tienen acodado (desde el centro se descendía a cada una de las orillas). Su altura en la parte cenytral es de 5m. desde el nivel del cauce y sin contar el pretil.

La fábrica es mamposteria de piedra caliza con argamasa en su conjunto y sillería en las bóvedas. El tablero de la calzada lo constituía un estrato de losa en el tramo II. en la articulación de los tramos II y III hay pilares adosados, que soportaban--según referencias--- un sencillo arco conmemorativo dedicado a su constructor o restaurador.

Perpendicularmente al puente, en su tramo central, existen restos de muro, de 2,80 m. de anchura, que probablemente serviría para repartir el canal en las crecidas y no se agolpara en el tramo II, que tiene un nivel más bajo.

Lo que se nos escapa es el origen de su trazado discontinuo, tan peculiar. Desechando problemas de cimentación al haber analizado el terreno "in situ", cabe pensar en una motivación de tipo militar o defensivo.

Hablemos ahora de su significado. Pensemos que uno de los elementos geopolíticos de mayor importancia para el conocimiento del panorama económico-social de la edad antigua lo constituye, sin duda, la red viaria a través de la cual se realizó el intercambio de ideas y mercancias que habían de transformar por completo los pueblos de la España indígena hacia la nivelación de estructuras que conocemos con el nombre de romanización. Y para la reconstrucción de esa red viaria, una de las fuentes principales, aparte de los miliarios, son los puentes romanos, magníficas obras de ingienería que dan clara muestra de la perfección técnica y cuidado que dieron a este medio auxiliar de conquista y explotación..

Conocemos como una de las más antiguas vias--ya propiamente romanas-- el camino que a través de los Pirineos llevaba, por la costa mediterránea, al antiguo centro fenicio de Gades, así como sus bifurcaciones hacia las zonas mineras de Sierra Morena y el valle del Guadalquivir. Esta famosa ruta, llamada Via Heraklea y posteriormente Via Augusta, ya es citada por Polibio con anterioridad al año 218 a. C. Estaba en función de las minas de Cartago Nova, su puerto y la salida a éste de las materias primas del interior.

Sin embargo, cuando surgió la zona minera de Cástulo como foco de atracción, Julio César mandó transformar el trazado de la Via Augusta para acortarlo. En vez de llegar hasta Cartago Nova y enlazar por Guadix con Córdoba, lo dirigió, ahora, desde Saltabi (cerca de Valencia) directamente a Cástulo, por el alto Guadalimar, y desde allí a Córduba, Hispalis y Gades.No cabe duda, que este nuevo ramal de la Via Augusta atravesaba la comarca de la Sierra de Segura y cruzaba el río Guadalimar, en el término de Beas, por el Puente Mocho.

En cuanto a la realización de este nuevo trazado de la Via Augusta sabemos que ya estaba terminado en el año 1. Ello nos hace suponer como fecha aproximada de la construcción del Puente Mocho el último cuarto del siglo I a. de C.