HISTORIA DEL CASTILLO DE SEGURA DE LA SIERRA

07.06.2016 19:48

SI LAS PIEDRAS HABLASEN.......

Fue la fortaleza más importante del Emirato de Murcia, Alcázar de la realeza durante un fulgurante Reino de Taifa, amparo de los Infantes de Aragón y del inquieto y esforzado Condestable Dávalos, prisión de D. Luis Zapata de Chaves.

 La más preciada encomienda de la Orden de Santiago que la conquistó en 1.214, este castillo que pudo codearse con el más presuntuoso de los muchos desparramados por el suelo ibérico, a diferencia de la mayoría de ellos, no se alzó para refugio de inmisericordes señores de horca y cuchillo, pues anterior al feudalismo, su construcción en el año 781 se atribuye al primogénito de Yusuf, Abul-Asward, a quién arrebató la fortaleza Abderramán I en los dramáticos episodios de la fundación del Emirato de Córdoba, a cuyos emires quedaron subordinados los walies de Segura. Pero sin duda, su edificación data de época más remota, pues Segura es uno de los pueblos más antiguos de España, fundado al parecer por los tiro-fenicios, y cuentan las historias, que durante las guerras entre Asdrúbal y los Escipiones, los restos del derrotado ejército de Publio Escipión fueron a refugiarse en la fortaleza de Segura.

     En un mapa trazado para Carlos V de Francia en 1.375, se señalan tan solo doce o catorce castillos principales en España, y entre ellos, la imponente y majestuosa fortaleza de Segura asentada en la cima de un cerro elevadísimo que desafía a las nubes y a las inclemencias del tiempo.

     "En medio de los vecinos reinos de Murcia, Granada y Toledo", como se dice en las Relaciones Topográficas, dictadas por orden de Felipe II, este castillo estaba rodeado por tres órdenes de murallas y un semicírculo de torreones o primeras defensas, que aún pueden contemplarse en el llano de Santa Catalina, en La Espinareda, El Castillo, La Puerta de Segura y otros varios, y tan inexpugnable era, que al llegar ante sus muros Abderramán I en su lucha con los hijos de Yusuf, hubo de exclamar, que defendida por un buen Alcaide y decenas de ballesteros, aquella fortaleza "sería inaccesible como el nido del águila en la empinada roca". Cuatro mil hombres fueron abatidos en sus muros, al intentar asaltarla, una verdadera masacre, que prueba lo inaccsible de sus torreones y murallas.

     Cuando Luis Bello, en su peregrinar por las Escuelas de España, visitó Segura, escuchó del espolique que le acompañaba una confusa versiób de la leyenda de Mudarra, que el ilustre escritor había leído en la relación de Sigura, tal como se la enviaron a D. Felipe II en 1.575. Aquí estaba Mudarra, jugando a las damas con el rey moro de Segura, ella sola era un reino, y como el infiel le llamara "hijo de ninguno", lo mató y luego salió a tomarse venganza con los siete Infantes de Lara.

 

    Comendador de Segura fue, y allí se proclamó en abierta rebelión contra don Juan II, maestre de Santiago:

Aquél de buenos abrigos

amado por virtuoso de la gente

El Maestre Don Rodrigo Manrique

tan famoso y tan valiente

 

según la famosa elegía de su hijo Jorge Manrique.

Como segura es un castillo roquero levantado para las empresas bélicas, en 1.810, toda la vieja sabia de un lugar cuyo fin era la guerra se enardece ante la invasión francesa y tras una valerosa e imposible resistencia opuesta desde el Castillo por quince o veinte bravos lugareños, Segura, nueva Numancia, fué aniquilada, y archivos, libros de fueros, cartas y privilegios, franquicias y documentos, reducidos a cenizas en el incendio con que el invasor castigó la heroica defensa.