¡OH, ACEITUNADO RIO!
(Dedicado al río Guadalimar)
¡Oh aceitunado río
susurrante cinta
de verdosas aguas!,
¿por qué me musitas
engañosas palabras?
A veces pienso
que me detestas,
con el melancólico deambular
de tu corriente,
y otras, finges
que me amas
en la memorable pulcritud
de perlas, que son
tus melodiosas ondas.
Y entonces me musitas
afectuosamente, cual mujer
galanteante, prendada,
que con voz divina y complaciente
sana los desgarrones de mi alma .
¡ Oh verdoso río de mi existencia!
¿ en qué aposento encontrará la
serenidad mi alma?
Andrés Quero Moreno