VENTA DE TIERRAS BALDÍAS EN LA SIERRA DE SEGURA

06.10.2018 23:07

VENTA DE TIERRAS BALDIAS EN LA SIERRA DE SEGURA

DURANTE EL SIGLO XVI

                                                         (  RASTREANDO EN EL PASADO)

Entre las muchas causas que propiciaron la decadencia de nuestro país a lo largo del siglo XVII y que se incubaron durante la segunda mitad del siglo XVI, se encuentra el fenómeno agrario que marcó algunas claves interpretativas de la economía española en siglos posteriores. Las ventas de terrenos baldíos llevados a cabo por la Corona, necesitada de fondos para acometer sus empresas externas, vivieron a sembrar los gérmenes de una decadencia aireada por pensadores y escritores de la modernidad. Este proyecto diseñado por los asesores reales, llevado a cabo por diligentes jueces comisionados e interpelado por diversos sectores de las Cortes, fue, en palabras del arbitrista  Borbón y Castañeda en 1.628, la causa de la ruina de la agricultura del Reino.

   Uno de los estudios más completos sobre la peripecia agrícola en la segunda mitad del siglo XVI es el de David E. Vassberg, “La venta de tierras baldias: El comunitarismo agrario y la Corona de Castilla durante el siglo XVI”.

   En lo concerniente a la provincia de Jaén, el profesor Vassberg, hizo una sria y minuciosa recopilación de las claves generales de este fenómeno, deteniéndose en rellenar la laguna existente en nuestra provincia que “ocupó en su día el primer lugar de todas las provincias del Reino”. Las ventas representaron el 17,75% del total.

   Este trabajo que presento, pretende ser un ejemplo concreto llevado a cabo en la Encomienda de Segura de la Sierra, perteneciente en aquel momento al Reino de Murcia y a la jurisdicción de la Orden de Santiago. El legajo que he estudiado se encuentra en el Archivo Municipal de Orcera. Se refiere a una venta concreta de las muchas llevadas a cabo en la Comarca segureña: 60 fanegas de trigo en Peñolite y Salfaraz, concedidas en su día por el Concejo de Segura de la Sierra para el pósito de pan del arrabal de Orcera y que estaban repartidas desde 1.566 entre los lugares y aldeas muy diseminadas de Segura de la Sierra. El Juez Comisionado, Diego de Argote, vecino de Beas de Segura, expropió a perpetuidad a sus poseedores.

  

                                   RELATO DE LOS HECHOS

 El origen de la propiedad y uso de los terrenos baldíos en la comarca segureña se remonta a los años de la Reconquista. Los monarcas concedieron paulatinamente estas tierras a la Orden Militar de Santiago  que actuaban según su libre albedrio. El Fuero de Cuenca que usaba Segura de la Sierra decía que “el que rompiere monte de primera rotura u sacare canal de agua para regar tierras, las unas y las otras sean suyas en propiedad y posesión”. Sin embargo esta concesión era ambigua: Los monarcas consideraron que todas las tierras que no hubieran sido concedidas por la Corona formalmente, continuaban siendo de la misma, si bien, dada su gran extensión, dejaban que se utilizara de forma pública, esto llevó consigo diversas controversias que en los años que nos ocupan, el Rey quiso solucionar mediante las ventas a perpetuidad, razón que ocultaba el auténtico propósito de este proyecto: propiciar más ingresos a las mermadas arcas reales.

   En la Comarca de La Sierra de Segura las ventas se realizaron entre los años 1.580 a 1.590. El Juez Comisionado fue Diego de Argote. Esta labor debería de realizarla en 100 días y cobraría por cada uno de ellos la cantidad de 750 maravedíes. El escribano que le acompañaba, José de Oviedo, recibiría 400 maravedíes. El Juez debía de recorrer una media de 8 leguas por día. Más adelante hubo que ampliarle el plazo de 445 días entre 1.583 y 1.584.

   Argote recibió la Comisión Real el 6 de Mayo de 1.582. Empezó las averiguaciones en Segura de la Sierra el 25 de Mayo y las concluyó el día 19 de Agosto. No hizo allí ninguna venta y continuó en Orcera donde culminaron ventas de tierras a 77 personas. Dado el gran número de apelaciones de dichos vecinos, decidió marcharse a Beas de Segura. Allí hizo un asiento por un valor de unos 2.000 ducados. Mientras esperaba la contestación volvió a Orcera para concluir las ventas iniciadas. El 22 de Enero de 1.583 marchó de nuevo para Segura de la Sierra y llego a un acuerdo con el Concejo en dos reales por fanega. La Corte no estuvo de acuerdo y hubo de venderlas la mayor postor, urgiendo el asunto al Juez Comisionado. El 26 de Mayo y tras su paso por Yeste, partió para Siles donde vendió 338 fanegas de baldío al Concejo por 98.250 maravedíes. El 7 de Junio accedió a la villa de Génave en donde existían 1.167 fanegas de baldío recién roturadas y los vendió al Concejo por 187.500 maravedíes. En Torres de Albanchez el Concejo compró 249 fanegas por 60.000 maravedíes y en Hornos de Segura fueron 125.750 maravedíes por 487 fanegas. Por fin llegó a Segura de la Sierra para tratar el asunto con “industria y suavidad” vendiendo 53 transacciones a particulares por un valor de 490.704 maravedíes.

   En total, Diego de Argote empleó 445 días en los negocios de su Comisión y realizó ventas por un valor de tres millones seiscientos veintisiete mil quinientos maravedíes llevados a cabo en 355 lugares de los cuales 336 eran individuales y 11 de concejos.

 

            VENTA DE LA DEHESA DE PEÑOLITE Y DE SALFARAZ

Trato en este capítulo una de las muchas ventas realizadas por el Juez Argote en esta Comarca. Este botón de muestra sirve como invitación a un estudio más profundo de todo este proceso en la Sierra de Segura, proceso que de forma más somera, hemos tratado en el capítulo anterior.

   El terreno que nos ocupa constituía 460 fanegas de tierra en el Concejo de Segura de la Sierra que se habían concedido en el repartimiento general al depósito del arrabal de Orcera destinadas sus ventas al abasto de pan en el horno de Orcera.

   En 1.556 se había realizado el repartimiento atendiendo a las leyes de Toledo (sic) y al número de habitantes de cada lugar, a saber (Segura de la Sierra: 558; Orcera: 447; Génave: 288; Benatae: 198; Hornos de Segura: 284, La Puerta: 97; Siles: 394; Torres de Albanchez: 275 y Bayonas: 46). De estas  460 fanegas solamente 60 eran de baldíos y eran las que ahora se ponían a la venta, una vez reconocidas como “tierras de Su Majestad y prohibiendo sean roturadas o labradas bajo pena de 50.000 maravedíes”.

   Puestas estas tierras a subasta pública, fueron adjudicadas a Juan García, vecino de Beas de Segura, que pagó 100 ducados en dos años, recibiendo a cambio las escrituras de posesión de las 60 fanegas lindantes con el mojón de Siles y Benatae.

   Más tarde se estableció un litigio sobre esta jurisdicción entre el nuevo propietario y el Concejo de Segura de la Sierra que terminó en 1.588 debiendo pagar dicho Concejo la cantidad de 11.000 maravedíes por las costas públicas.

   Hasta aquí una de las muchas ventas realizadas en la Comarca segureña. En los Archivos Municipales de la Sierra de Segura y de Simancas son muchos los legajos que esperan ser desentrañados para poder llevar a cabo un estudio de esta época clave en nuestra querida Comarca.