EN LOS CONFINES DE NUESTRA PROVINCIA
A la vista de la Sierra de Guadalmena, casi en el punto en que concurren las provincias de Ciudad Real, Albacete y Jaén; sobre una suave loma de las estribaciones del macizo montañoso de las Sierras de Alcaraz, Guadalmena y Segura, que circunscriben una extensa campiña, mas o menos accidentada, que riegan, en sus partes bajas, numerosos riachuelos, y los de más importancia, el Guadalmena y Guadalimar, todos afluentes del Guadalquivir, se encuentra enclavado este pequeño y hospitalario pueblecito, apenas andaluz, que,por su ubicación, parece ser "el último rincón de nuestra provincia dónde las provincias hermanas de Jaén y Albacete,junto a la cercana Ciudad Real, parecen fundirse en un entrañable y fraternal abrazo".
Destaca en su casco urbano un gran torréon, de forma cuadrada, de piedra labrada, que debió ser el baluarte causa de la fundacion de la Villa, de origen y destino no árabe.
Su Iglesia se realza en su conjunto y, sobre todo, su torre, cuadrada, con remates platerescos, con sus cuatro huecos, por aquel entonces, como órbitas vacias, de aquellas campanas, cuyo tañido convocó durante siglos a sus fieles,rudos y nobles en sus pasiones y sencillos en sus modales de égloga, a la sombra de aquellos recios muros.
Y por último, observaremos si ascendemos un poco, una vista general del paisaje con la sierra de Guadalmena al fondo, y el valle intermedio, que riega, con otros, el río del mismo nombre, dándole una pincelada de ameno y pintoresco